jueves, 31 de julio de 2008

Comerse la cabeza


Y no me refiero a que me ha dado ahora por ingerir mi propia cabeza, no nos vamos a engañar, pa' algo que vale en toda yo no lo vamos a estropear.

Comerse la cabeza es pensar mucho en un tema, en una experiencia vivida, lo que comunmente hoy se denomina rayarse. Y eso es lo que me pasa a mi, me "rayo" con cosas, importantes a mi parecer, pero que al fin y al cabo nunca pasan, en el buen sentido y gracias a Dios. Me explico: Un amigo mío, con el que tuve muy buen "feeling" desde el momento en que que le conocí, me trata muy bien, es muy amable conmigo y es un tío genial. Basta con una sola palabra mía (no negativa) y una reacción suya y mi cabeza empieza a funcionar. Ya por eso me creo que se ha enfadado conmigo o algo y pienso que mi relación con el se está acabando. Pero pasan los días y sin quererlo me encuentro con esa misma persona pasando en moto por la calle en la que yo estaba esperando. Me mira, avanza un poco más y se para. Me llama desde la distancia para que vaya hacia él y empezamos a hablar. Bromas, risas y encima me dice que se había parado para saludarme y que luego nos veíamos. Un cielo de niño, en definitiva.
Y yo dudando de él, de tí. Perdoname, de verdad. Nunca más!!!!
Cada día que pasa te echo más de menos, cada día que pasa más te quiero y cada día que pasa se que queda menos para que estemos, si no juntos (cosa que veo poco probable) si en la misma ciudad. Te quiero!!!!
Hacedme caso, no os rayéis tanto la cabeza, no merece la pena, al final la verdad se sabe.